Luego de varios meses de confinamiento y cuarentena obligatoria de a poco se ha podido retornar al ejercicio físico.
Al principio se pudo empezar sólo con trabajo aeróbico y hace un tiempo se habilitó el uso del gimnasio y las actividades guiadas por un profesional del movimiento.
Inicio con estas palabras ya que hay dos capacidades condicionales propias del ser humano que son muy importantes de estimular periódicamente para mantener la salud y calidad de vida; como también nos previenen de enfermedades relacionadas con el sedentarismo y obesidad.
Estas dos capacidades son la Resistencia y la Fuerza.

La resistencia aeróbica la podemos estimular con actividades de trote, bici, natación o alguna otra disciplina. Debemos seguir una planificación ordenada, respetar el volumen y la intensidad adecuados y así podremos activar nuestro sistema cardio-respiratorio, protegiendo principalmente nuestros pulmones, corazón y sistema circulatorio y permitir que éstos mejoren su funcionamiento.
Así también si seguimos un plan de fuerza estaremos estimulando nuestro sistema nervioso y hará que nuestro sistema muscular se active. Según estudios, cada una década perdemos entre el 2 al 4% de Masa Muscular; de aquí la importancia de mantener o aumentar la misma siguiendo un entrenamiento en el gimnasio o al aire libre con diferentes dispositivos, como bandas, pesas, TRX, etc. Junto al control de las cargas del volumen e intensidad, el armado del plan debe incluir repeticiones y series y priorizar el fortalecimiento de nuestro centro corporal (Core) para proteger nuestra columna vertebral y zona media.
Es de vital importancia que el proceso de entrenamiento esté supervisado por profesionales idóneos con la formación académica adecuada ya que se está poniendo la salud en manos de gente que no va entrenará a sus alumnos según sus experiencias deportivas, sino que evaluará, estudiará las condiciones de los mismos y planteará los objetivos de manera progresiva y sin riesgos para la salud.